Explorando Sabores: Qué comer y dónde en Sant Miquel de Campmajor, España
Explorar nuevos sabores es una de las mejores formas para experimentar la cultura de un lugar y Sant Miquel de Campmajor, en la provincia de Girona, España, no es la excepción. Este pequeño pueblo de menos de 200 habitantes tiene mucho que ofrecer a los amantes de la gastronomía y aquellos que buscan disfrutar de una experiencia única en la región.
Para comenzar, en cualquier visita a Sant Miquel de Campmajor, no puede faltar la degustación de los platillos típicos de la región. Uno de ellos es sin duda el suquet de peix, un guiso de pescado con patatas, ajo, tomate y varias especias que le dan un sabor dulce y picante al mismo tiempo. Este platillo se puede encontrar en cualquier restaurante de la región pero el que recomendamos es Can Quel, un local familiar ubicado en la plaza del pueblo que ofrece una de las versiones más exquisitas.
Otro de los platillos típicos en Sant Miquel de Campmajor es la calçotada, un evento gastronómico que se celebra en el pueblo durante los meses de invierno. La calçotada consiste en una cena donde se consumen calçots, una variedad de cebolla dulce con sabor suave, que se asan a la brasa y se comen con salsa romesco y carne a la brasa. Si se tiene la oportunidad de visitar el pueblo durante los meses de invierno, es recomendable hacer la reserva en el restaurante de Can Moré, uno de los lugares más populares para degustar esta experiencia única.
Si se busca algo más informal y asequible, la opción ideal es una visita al Albergue de Sant Miquel, donde se ofrece un menú simple pero con la calidad y sabor que caracteriza la cocina local. El menú cambia según la temporada pero siempre hay opciones de platillos vegetarianos, carnes y pescados. Además, sus precios son muy razonables y es un lugar ideal para degustar una buena comida en un ambiente relajado.
Por otro lado, no todo es comida en Sant Miquel de Campmajor, también hay lugares turísticos que vale la pena visitar. Si se es amante de la naturaleza, una de las mejores opciones es recorrer los senderos del Espai Natural de Les Gavarres, una reserva de 28,335 hectáreas que ofrece vistas panorámicas y una gran biodiversidad. Si se quiere conocer la historia del lugar, se puede visitar la Torre de Campmajor, una antigua fortificación que data del siglo XV y que era uno de los principales centros administrativos de la región.
Finalmente, una recomendación especial es el Monasterio de Sant Pere de Galligants. Este monasterio benedictino, construido entre los siglos XI y XII, es uno de los principales ejemplos de la arquitectura románica en la región y cuenta con un museo que alberga piezas arqueológicas y arte sacro de la época medieval. La iglesia es uno de los lugares más bellos del monasterio y es un destino ideal para conocer la historia de la zona y su relevancia religiosa.
En conclusión, Sant Miquel de Campmajor es un destino imprescindible para los amantes de la gastronomía y aquellos que buscan una experiencia única en la región de Girona. Con sus platillos típicos, lugares turísticos y su belleza natural, este pequeño pueblo ofrece una experiencia memorable para sus visitantes.