Potrerillos y Cacheuta ofrecen ríos, un paisaje cordillerano, termas, tranquilidad, actividades extremas y una completa oferta gastronómica y hotelera.
Luján de Cuyo, 19 kilómetros al sur de Mendoza se distingue por sus atractivos culturales, bellos paisajes con una amplia y variada oferta turística acompañada de la calidez de su gente. Allí, se encuentran localizadas dos zonas muy cercanas entre sí, que no deben dejar de conocerse, sobre todo en su amarillo fascinante y otoñal.
Por un lado, se encuentra Potrerillos, sitio que ofrece un paisaje cordillerano cercano a la Capital (65 km), enmarcados por los ríos Mendoza y Blanco, arroyos de montaña y saltos al pie del Cordón del Plata.
La zona es tradicionalmente destinada al descanso, equipada con cómodos alojamientos (hoteles, hosterías y cabañas) y una completa oferta gastronómica, distribuidos básicamente, entre las villas de Las Vegas, El Salto, El Valle del Sol y en Vallecitos, todos paisajes que se desnudan en su inmensidad panorámica.
La Presa Embalse de Potrerillos está sobre el cauce del Río Mendoza. Aquí, se pescan trucha Arco Iris y trucha Marrón, entre otras variedades. El dique no está habilitado para nadar o para embarcaciones a motor. Y para los aventureros hay excursiones guiadas, parapente, cabalgatas, mountain bike, trekking y rappel; o kayak, Canopo y rafting por el turbulento río Mendoza.
Por otro lado, se sitúa Cacheuta, un lugar que es conocido desde la época de los Incas como “Los Baños de La Punta de Río”. Se encuentra al final de la ruta 82 Panamericana y presenta un hotel de nivel internacional, reconocido por su spa, y el único parque de aguas termales del país, conformado por piletas gigantes con olas artificiales. Además, los fines de semana, en la zona se instala una feria artesanal cercana al puente colgante. Así, el aroma de los arbustos y el calor de sus habitantes hacen de Potrerillos y Cacheuta dos lugares ideales para vivir mejor el otoño en Mendoza.