La Quiaca: turismo en las alturas

Quiaca
La localidad adquiere relevancia en la zona por el admirable paisaje puneño y además por contar con infraestructura de alojamiento, gastronomía y buenas posibilidades de excursiones.

La ciudad de la Quiaca se encuentra enclavada en un vistoso valle rodeado de cerros, en el altiplano de Jujuy. Limita al norte con Bolivia, separado por el río La Quiaca y unido en un puente internacional, donde funcionan las Direcciones de Aduanas y Migraciones.

Adquiere notoriedad a nivel turístico por el admirable paisaje puneño, que se destaca por sus edificaciones de adobe. Pero además resulta de interés por las míticas fiestas de la región que homenajean a la madre tierra “Pachamama” y por su gente (coyas) quienes sobresalen por la amplia diversidad de colores en sus vestimentas.

Entre el segundo y tercer domingo de octubre se congregan pobladores de los más remotos lugares de la región, para la Fiesta de la Olla o Manca Fiesta. Esta es una importante celebración de la provincia que además cuenta con otros atractivos como la Laguna de los Pozuelos, Yavi, el Cerro de los Siete Hermanos y todo el circuito de la Puna.

La Quiaca es la única ciudad de la zona del norte puneño que posee todos los servicios básicos para comodidad del turista, por lo cual se convierte en uno de los asentamientos urbanos más importantes del noroeste argentino. Las personas que visitan esta zona y que no están acostumbradas a estar en regiones con altura, deben tomar todos los recaudos para no «apunarse”.

En este místico viaje el visitante siente un fuerte encuentro con una cultura milenaria. De este modo, cuando transita por los alrededores se encuentra con las aldeas y los poblados más interesantes del noroeste diseminados en una región que fue habitada, antes de la colonización española, por el Imperio Inca.